Los pilotos de los platillos volantes podrían ser
criaturas que comparten la tierra con nosotros. Desconocidas para la mayoría de
los mortales a ignoradas por la ciencia oficial, estos «ultraterrestres» son
indígenas de nuestro propio planeta y la causa directa no sólo de la aparición
de los ovnis sino de toda suerte de fenómenos psíquicos, paranormales y hasta
religiosos. Esta idea, sustentada -entre otros- por el Doctor Jacques Vallée,
se apoya en la abundancia de tradiciones orales y escritas sobre estas
criaturas que aparecieron en muchísimas civilizaciones anteriores.
Entre las muchas razas que nos visitan, algunas de ellas podrían ser los habitantes de continentes perdidos (Atlántida, Lemuria o Mu) que antes de que éstos fuesen sepultados por el océano buscaron refugio en algún lugar seguro y recóndito de la tierra, en un recinto de naturaleza material o «etérica» conservando todas sus prerrogativas tecnológicas, entre ellas los dispositivos de avanzado diseño para vencer el espacio.
Sea que provengan de otros planetas y/o planos o de la propia Tierra, de manera transitoria o permanente pueden utilizar recintos especialmente acondicionados como bases de operaciones. Se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que existan bases alienígenas secretas en áreas remotas como la Antártida, Groenlandia, la selva amazónica, las montañas del Tíbet, y muchos otros lugares deshabitados o semiexplorados.
Entre las muchas razas que nos visitan, algunas de ellas podrían ser los habitantes de continentes perdidos (Atlántida, Lemuria o Mu) que antes de que éstos fuesen sepultados por el océano buscaron refugio en algún lugar seguro y recóndito de la tierra, en un recinto de naturaleza material o «etérica» conservando todas sus prerrogativas tecnológicas, entre ellas los dispositivos de avanzado diseño para vencer el espacio.
Sea que provengan de otros planetas y/o planos o de la propia Tierra, de manera transitoria o permanente pueden utilizar recintos especialmente acondicionados como bases de operaciones. Se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que existan bases alienígenas secretas en áreas remotas como la Antártida, Groenlandia, la selva amazónica, las montañas del Tíbet, y muchos otros lugares deshabitados o semiexplorados.
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